martes, 5 de octubre de 2010

La dos caras de la moneda

Al ver por primera vez Atrapado por su pasado (1993) te das cuenta que estás ante un clásico del cine contemporáneo cuya historia nunca dejará de ser actual porque la historia que nos cuenta deviene universal y atemporal. Su trama, ambientada en los 70 y en las mafias de Nueva York, abandona el entorno en el que transcurre para convertirse en una obra magna en la cual se dan cita el amor, la utopía, la amistad, la traición, el hombre, el individuo, la ética, las segundas oportunidades, la vida, la utopía, el destino y, por supuesto, el pasado que siempre vuelve y que nunca perdona las faltas cometidas.


Cuando recuperas por enésima vez esta obra maestra perdonas a Brian de Palma todos sus escarceos con peliculas de medio pelo. Cuando vuelves a ver a Carlito Brigante desplomarse en el andén de Grand Central Station justo cuando estaba a punto de acariciar su sueño, de alcanzar su paraíso, vuelves a enamorarte de ese personaje, te gustaría ser tú el que cruzara la estación perseguido por el hijo de Tony T para reencontrarte con Gail y empezar una nueva vida, porque a pesar del sacrificio, a pesar del fatal desenlace sería una muerte preciosa. 

La que iba a ser la cara B de Scarface (El precio del poder-1983) da la vuelta a la cinta y se convierte en el single absoluto de la obra de Brian de Palma. Tony Montana y Carlito Brigante son las dos caras de la misma moneda. El primero representa el vertiginoso ascenso y la caída del gángster que cree que el Mundo le pertenece, que sólo existe él, su ambición y el poder del arma y del dinero, cuya redención nunca se intuye porque su destino es una muerte violenta, el único lenguaje que entiende. Tal personaje se acompaña de la excesiva interpretación, en ocasiones histriónica, del gran Al Pacino. En realidad todo en Scarface, es excesivo: diálogos, decorados, violencia. Así vivió y murió Tony Montana. 

Por el contrario, Carlito Brigante vestido de negro en todo momento es el reverso luminoso. Su historia de violencia pasada le acompaña en su presente y marca su futuro. Su juventud y fuerza ya perdida le hacen dudar de su redención, pero precisamente es esa duda la que nos muestra que ya no es aquel joven temerario que creía comerse el mundo y reniega y odia a la imagen reflejada en el espejo que es Benny Blanco. Pacino, en esta ocasión más comedido, construye un personaje entre el vigor que aún le resta a su personaje y el romanticismo maduro de su antihéroe porque Carlito Brigante vive y muere a la manera del héroe romántico, cree en el amor y en la amistad, valores en desuso entre los suyos. Es ese romanticismo, su inocencia y sus errores pretéritos los que le condenan.






Carlito Brigante no está solo en su desdicha. Se acompaña de personajes icónicos como David Kleinfeld -el abogado cocainómano y tramposo- los entrañables y rastreros Pachanga y Saso, la corte de Tony T, Benny Blanco del Bronx, el fiscal Norwalk, Gail,...todos ellos trazados por la pluma de David Koepp, adornados por la enérgica partitura de Patrick Doyle y dirigidos como nunca por la batuta de Brian de Palma cuyos recursos estilísticos encajan perfectamente en esta historia: cámaras colocadas en ángulos imposibles, planos-secuencias larguísimos (inolvidable el plano de la persecución hasta Grand Cenral Station), movimientos continuos de cámara, homenajes y autohomenajes. Brian de Palma nos demuestra que sabe y mucho de su profesión combinando sus vicios irrenunciables, totalmente bendecidos en esta ocasión, con el rigor y la pausa que merece la historia.

Quizás no entenderíamos al nuevo y mejorado Carlito Brigante sin el mordaz Tony Montana. Son las dos caras de la misma moneda y para ambos cae la cruz: El destino y la muerte con la que vivieron toda su existencia les alcanza. Y Sin embargo la moneda cae del lado de Brigante. El camino de Carlito tenía un único final, su pasado le atrapa pero intenta redimirse, muere por vivir una nueva vida y no lo consigue, pero en su desesperado empeño,  sabemos que valió la pena, nos rompe el corazón, prometió no hacerlo, pero ya sabes, pasan cosas...  

4 comentarios:

  1. Esta película es una de mis predilectas, he perdido la cuenta de las veces que la habré visto.Entrañables las escenas de todo el grupo de viejos amigos en la discoteca de Brigante, tomando copas al final de un duro dia ("aquí estamos todos juntos otra vez")...eso sin olvidar la maravillosa música de los 70 que suena de fondo...

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  2. En la vida no cambias, solo pierdes fuerza, C.Brigante

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  3. A mí me llegó al alma...creo que se nota en el artículo :D

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  4. "Un favor te puede matar más rápido que una bala..."

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