martes, 2 de febrero de 2010

Enamorarse

En 1984 se produjo un milagro cinematográfico: el director Ulu Grosbard conseguía unir en la gran pantalla a dos intérpetres con mayúsculas cuya carrera estaba en su apogeo para narrar una de las historias de amor más sinceras de la historia del Cine.

Los dos intérpetres referidos eran Meryl Streep y Robert De Niro. La película, Enamorarse. Ella, una diseñadora casada perdió un hijo cuando aún era bebé, él un joven arquitecto con mujer y dos hijos. Dos personas que se conocen gracias a un breve encuentro casual, que se enamoran durante el trayecto de un tren al que ambos suben pese a las barreras construidas por sus vidas. Un tren que pasa para no volver. 

Dos personas, y no dos actores, como Streep y De Niro, sin histrionismos, sin imitaciones, sin artificialidades propias de esa profesión tan bien llevada a cabo por ambos en muchos momentos de su dilatada carrera  nos regalan en esta película instantes de auténtica emoción en los cuales no son necesarias las palabras ni las grandes disertaciones. Simplemente con la verdad, sólo con esos principios, son capaces de transmitirnos sinceridad, de hacernos sentir lo que ellos sienten al enamorarse y, sin embargo, el miedo y el orgullo, tantas veces la mayor barrera impuesta por el ser humano, también les hace alejarse.

Frank y Molly, De Niro y Streep, nunca han estado tan enamorados. El destino dictó su sentencia: En un momento de la película se dice: "Hemos nacido para estar juntos aunque nunca estemos juntos..."       

1 comentario:

  1. +1

    Me ha molado....

    para cuando un charlon heston vintage?

    Jaime, tu amado lider

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