miércoles, 10 de noviembre de 2010

Honores necesarios

Utilizando un símil futbolístico ha dado comienzo la pretemporada de premios en el Mundo del cine. Como cada año hay unos galardones que no mantendrán el misterio hasta el día de su entrega. Son los llamados premios honoríficos, que reconocen la trayectoria profesional de una figura trascendental, fundamental, y en ocasiones más o menos importante, en la cinematografía del país, de la academia o de la asociación que lo otorga.

Ayer pudimos conocer que en la próxima ceremonia de los Globos de Oro se homenajeará con el premio Cecil B. De Mile a Robert DeNiro, otrora sublime actor y en la actualidad perdido en miserias varias y esta tarde, los rotativos han anunciado que la Academia patria rendirá pleitesia en la próxima edición de sus premios Goya al director Mario Camus, especialista en la adaptación de algunas de las obras cumbre de la literatura española.

Ambos, De Niro y Camus, tendrán la oportunidad de ser homenajeados en sus respectivas galas de entrega de premios. Podrán así paladear el aplauso y la ovación de todos sus compañeros de profesión, que harán un paréntesis en la competición, en su particular lucha de egos, para honrar la sabiduría acumulada durante todos sus años de carrera de estos dos singulares personajes. La tradición se mantiene y nosotros podremos disfrutar de este acto, unas veces de enorme generosidad con ciertos profesionales, y otras veces de justicia redentora para con aquellos sempiternos olvidados en los laureles de la gloria, pero siempre llenos de cariño y de amor hacia el cine.

Sin embargo, por segundo año consecutivo la Academia de Hollywood no nos dejará gozar con ese momento de catársis. Las audiencias mandan y la productora del evento ha tenido a bien robarnos de nuevo el momento de mayor emoción de la gala, aquél donde se reconoce a personas que nos recuerdan cuál es el origen de la grandeza de este noble arte que reúne todos los anteriores. Así, este año, los Godard, Coppola y Wallach tendrán que recoger (salvo Godard que ha declinado la invitación) el premio a escondidas en una cena privada previa a la ceremonia televisada, sin honores...y sin vergüenza.

La apuesta de la Academia aboga por el negocio. La de los amantes al cine por el respeto a las vidas artísticas y por el recuerdo de momentos mágicos:

Como el de Chaplin emocionado al volver de su exilio en Suiza
http://www.youtube.com/watch?v=J3Pl-qvA1X8

Como el baile de Stanley Donnen cantando el chic to chic
http://www.youtube.com/watch?v=JMC8kHycgwM

Como el orgullo de Kirk Douglas
http://www.youtube.com/watch?v=wBF-0j1IPXw&feature=related

Como el gag de Blake Edwards cual Inspector Clousseau
http://www.youtube.com/watch?v=29WRP92X7Mg&feature=channel


Estos son algunos ejemplos memorables. Todos ellos agradecieron con humildad el premio de la Academia dejando su impronta igual que hicieron con su cine: emoción, humor, fuerza, sensibilidad, clase y elegancia.

Rendir tributo a tus mayores te hace más grande.